¿Te atreves? [Arken]

A simple vista es un joven normal y corriente, muy tranquilo, y… ¿Pacífico? Pero sólo a simple vista.

El sarcasmo es su segunda lengua y le encanta molestar a los demás, sobre todo si no son de su agrado, aunque también lo hace con quienes le “hacen gracia”, grupo al que no muchos pertenecen. Le encanta responder a prácticamente todo de manera irónica y jugar con los dobles sentidos.

Jamás permite que en su rostro se refleje ningún tipo de emoción ni sensación, pues es incapaz de sentir, aunque ni siquiera lo ha intentado porque nunca se lo ha propuesto. Lo que está claro es que nunca será capaz de amar, a pesar de que pueda fingir amor para llevarse a alguna humana despistada a la cama.

Sólo siente ira, dolor, rencor, odio y…placer.

Frío, calculador y astuto. Posee una gran inteligencia y siempre está maquinando planes perversos. Juega con los sentimientos de las personas y los tortura psicológicamente a menudo hasta llevarlos a la locura. Se alimenta de malos pensamientos y el malestar que provoca en los demás.

Tiende a ser bastante brusco en sus modales y no le gusta que le toquen las narices, pues a pesar de poder ser un bromista y parecer simpático tiene muy mal carácter y salta con mucha facilidad. A menudo su lengua le pierde y termina metiéndose en problemas por enfrentarse a quien no debe, pero no puede evitarlo.

Su verdadero problema es que tiene un ego muy elevado. Su soberbia le hace cometer estupideces a menudo, y por orgullo rara vez cede ante nadie. Aunque en el fondo de su ser sepa que no tiene razón, jamás lo reconocerá. Es un egocéntrico a niveles estratosféricos.
Por otra parte le encanta la diversión, todo tipo de diversión. El alcohol, cualquier sustancia alucinógena y, por supuesto, el mayor de los vicios que un hombre pudiera tener: las mujeres. Le da igual que sean humanas, demonios, vampiresas, brujas… Le encantan las mujeres, sea cual sea su raza, pero lo que más le gusta es pervertir humanas e intentarlo con ángeles, aunque normalmente le sale el tiro por la culata. Tampoco le disgustan los hombres, y a lo largo de su larga existencia se ha acostado con varios, sin importarle la raza, pero aun así prefiere las mujeres.

Constantemente está sonriendo, sobretodo sonríe de lado con demasiada picardía, para seducir a una mujer, para demostrar que algo le gusta o simplemente por alguna siniestra idea que haya cruzado su mente retorcida, pues puede llegar a ser bastante cruel y sanguinario si se lo propone, ya que para algo es un demonio.

Odia a los ángeles por encima de todas las cosas y aunque no le hayan hecho nada y se le acerquen con buenas intenciones, jamás cederá ante un celestial y no mostrará su mejor cara en presencia de alguno de ellos. Aun así se divierte con ellos y más de una vez ha intentado seducir a un ángel.

Casi siempre está jugando con fuego, literalmente, pues le apasiona su elemento y lo explota al máximo.

ENEMISTAD