Romeo's Poison RPG +18 [normal]

Ya para el s. XIX los avances tecnológicos y científicos habían aumentado, por lo que la potencia mundial era la más interesada. Para ello se sometieron a humanos a diversos experimentos. Algunos por propia voluntad, otros por obligación. Todos tenían algo en común: nadie se interesaría por ellos, los que tenían familia pertenecían a la clase baja la cual no poseía recursos ni derechos; y los que no, vagaban por las calles. Si un resultado era no deseado, se facilitaría la tarea de deshacerse de ellos sin provocar el mínimo problema y se optó por elegir como lugar de pruebas a una pequeña ciudad-pueblo situada cerca de Moscú, en Rusia, la cual no llamaría la atención.

El motor de este proyecto tan arriesgado era conseguir aquella arma que fuera tan mortal como indestructible. Humanos con capacidades superiores que no sintieran miedo por nada ni por nadie. Que sólo tuvieran sed de conquista y superación.
Los experimentos se caracterizaban principalmente en buscar alterar la genética de un ser basándose directamente con las células humanas y animales, que en esos tiempos seguía siendo un misterio. Tal era así que los resultados, desde su punto de vista, no fueron buenos: el cuerpo humano adaptó de tal forma aquellas modificaciones genéticas que se llegó a pensar, incluso, que algunos de los posibles mitos de las sociedades realmente iban a dejar de serlo.
Para estas alteraciones, utilizaban genes animales que, modificados, eran injertados en las células de los humanos. Los procedimientos eran limitados y sólo el tiempo diría qué sucedería ya que recién en esos tiempos comenzaban lo que luego serían los grandes descubrimientos de la ciencia.
En el camino se perdieron vidas, horas de trabajo y mucho dinero, que eran reemplazados por otras manos de obra, por otros humanos olvidados y por más dinero que era abastecido por las altas sociedades en total acuerdo secreto para con estos sucesos.

Y el tiempo mostró lo que tanto se añoraba: humanos extraordinarios, invencibles. Pero también permanecía el detalle de haber vuelto realidad mitos que acompañaron generaciones y generaciones. Así, crearon a las criaturas más bellas, capaces de producir envidia hasta el más hermoso de los ángeles.
Un problema quitaba expectativas de éxito: no soportaban ningún tipo de luz y los rayos solares le provocaban heridas muy graves. Se llegó a la conclusión de que esto sucedía por ser inspiraciones de animales nocturnos. Pero algo peor descubrirían de inmediato: su belleza era tan atrayente como peligrosa, la misma raza que les había dado vida era la base de su existencia. Sin la sangre humana, estos seres perdían el control y sólo eran controlados cuando entraban en un letargo de inanición.

Paralelamente, otras criaturas afloraban entre las celdas de aquel lugar: su destreza y agilidad eran incomparables. Más veloces que aquellas bellas criaturas y con la ventaja de soportar no sólo temperaturas extremas, sino también la luz del día. Estos seres despertaban grandes expectativas de nuevas conquistas: eran esas perfectas armas las cuales sería recompensadas excelentemente en los mejores ejércitos. Sin embargo, durante la noche su comportamiento cambiaba radicalmente: ya no eran apacibles. Su insensibilidad se acrecentaba junto con la pérdida de la noción. Eran inspiraciones de animales bestiales, esos que tanto atormentaron por años a las aldeas: los lobos. Por esta razón, su instinto animal dominaba sobre la humanidad que en estos seres residía y sólo la luz lunar lograba desatar a la bestia que por motivos desconocidos sólo era liberada por completo con la luna llena. Al amanecer de cada noche, estas lupinas criaturas denotaban leve debilidad y sólo así podían ser dominadas.

Sólo un pequeño detalle llamaba la atención: estos humanos debían morir para convertirse en esas criaturas sombrías. Si eso no sucedía, eran propensos a perder el control con mayor facilidad, su mente se volvía vulnerable e insensible. Poco a poco iban dejando atrás cualquier altruismo y en ellos
permanecía esa bestia con sed de sangre o muerte. Sin lugar a dudas, esta especie de híbridos eran los eslabones más peligrosos.

Definitivamente no sólo los experimentos habían fallado, también el control se había perdido: ¿Cómo borrarían las huellas de tales actos?, ¿El secreto podía mantenerse en pie evitando que no saliera a la sociedad? ¿Y si eso sucedía? Las preguntas sobreabundaban pero los científicos sólo se preocupaban en hallar algo o alguien que lograra la cura o la muerte de estos seres sobrenaturales.
Un grupo de sublevados decide escapar, algunos con éxito y otros no que, al mes, optan por deshacerse de ellos y liberar al resto. Una desición peligrosa y absurda pero tenían un as bajo la manga: como consecuencia de la búsqueda de la cura o la muert, humanos puros, sin ninguna cualidad o debilidad extra, sólo con la ventaja de generar el efecto inverso: su sistema biológico no asimilaba la ponzoña de los esclavos. Ellos también fueron liberados no sin antes generar reservas de su sangre inmune.

Con la inmunidad lograda, no tardaron en conseguir el arma que aniquilaría cualquier rastro sobrenatural. La palabra veneno aún seguía siendo un tabú para las clases altas ya que mucho de sus miembros perecían por la ingesta de aquel tóxico, por lo que decidieron llamarlo el "Veneno de Romeo". Aquel aire literario sólo hace referencia a la acción mortal de su compuesto: una vez ingerido por vía oral o intravenosa, basta un minuto para que los sistemas corporales comiencen a fallar quitando movilidad y fuerza vital. La criatura moría por un paro cardíaco total o por inanición tan sólo en dos minutos o menos. Era el mayor logro exitoso hasta el momento pero también era mortal para los humanos inmunes. Esto no importó.

♦Organizaciones y Alianzas♦
Para mantener en secreto todo lo sucedido, el grupo reducido de científicos y la alta sociedad de Inglaterra forman la Cofradía, estricta, conservadora y hermética, con el único objetivo de resguardar el veneno y dar caza a las criaturas sobrenaturales.
Posteriormente a los experimentos, no tardan en formarse la Euritmia, promotora del equilibrio pero vulnerable por sus fuertes ideologías protectoras; y la Quimera, vengativa, rencorosa y la mayor enemiga de la Cofradía. Años después, surge la Hermandad, una alianza, rama rebelde y reducida, sólo con ansias de deseos terrenales tales como ambición, lujuria y soberbia. Estimada por demás, sin embargo, su unión puede llegar a ser peligrosa.

Cincuenta y ocho años después, el poder sigue en manos de la Cofradía pero una guerra se ha desatado desde el principio del mundo sobrenatural.
Ahora también el nuevo siglo trae grandes cambios en la sociedad, sin embargo, el amor por lo efímero continúa tan vigente como el terror a la noche: escenario clave del encuentro entre los límites del mundo humano y del sobrenatural.
Sólo resta elegir por qué o quién luchar, porque en sí, el objetivo es sobrevivir.