Los Oráculos

Seguramente desde tiempos antiguos al mirar las estrellas hemos sentido un vacío, cierta incomprensión y una necesidad insana, en ocasiones, de comunicarnos con el espacio. Sabíamos que la verdad estaba ahí fuera, mucho más allá de la luna. Cuando el hombre antiguo miraba las estrellas sabía cada uno de sus nombres, parecía haber nacido con ellos grabados a fuego en su alma. La conexión en algún punto de esta vida se rompió, como cuando se corta el cordón umbilical de un hijo a su madre.

Marte, el cuarto planeta del sistema solar, el cual parece bañado contínuamente en sangre y por ello fue apodado como el Dios de la Guerra en la cultura grecolatina. Un coloso que durante siglos se mostró inexpugnable. Sin embargo, había algo más que mala suerte en las expediciones al Planeta Rojo.

Las grandes y extintas culturas que surgieron en los grandes y caudalosos ríos de antaño, como el Tigris, Eufrates, Amazonas o Nilo las cuales dejaron un legado inmortal no son más que hijas de Marte. Aztecas, mayas, navajos, egipcios, hindúes o chinos poseen grandes lazos comunes. Culturas que cambiaron la forma de pensar de aquellos que los hallaron, los mismos que influyeron en ciencia o astronomía, y que un buen día fueron desapareciendo. Unos fueron colonizados como si su poder y la protección de sus dioses se hubiera esfumado, otro simplemente quedaron en silencio y algunos se fortalecieron con el paso de los siglos.

Grandes e importantes hombres decidieron viajar hasta el planeta vecino. Allí tomaron conciencia y deseos de ayudar al hombre a no destruir el paraíso que poseía, sin embargo sus esfuerzos mermaron. El hombre ambicionaba demasiado, no escuchaba sus ruegos y finalmente decidieron abandonarlos y con ellos su apoyo, la tecnología que hasta el momento habían poseído y cualquier consejo que pudieron ofrecerle. Su conocimiento se cerró y ellos decidieron marchar.

Marte no es el planeta que todos creen, pues hay que mirar más allá de la ilusión de los grandes hechiceros, Dioses para culturas como la Egipcia. Es el planeta de los denominados Oráculos, seres superiores que ocultan la verdad aún hoy. Sin embargo, estos quedaron divididos igual que sus descendientes y aquellos hombres que una vez compadecieron.

Los oráculos pueden llegar a vivir entorno a los 7.000 años, si bien hay momentos en los cuales pueden decidir dejar de existir. Son una sociedad muy antigua con valores estrictos. Estos quedaron mermados hace más de mil años, quedando así tan sólo los reyes y su pequeña corte. Una pandemia asoló a las mentes más débiles, los cuales terminaron asesinándose unos a otros en medio de un brutal delirio. Las terribles imágenes del futuro que le esperaba a la Tierra los introdujo en un terrible presentimiento, un feroz miedo se apoderó de sus almas y acabaron perdiendo el juicio. Sus enormes poderes mentales quedaron mermados y el planeta se convirtió en un enorme sanatorio. El Planeta Rojo realmente se tiñó de sangre. Únicamente los Grandes Reyes y su séquito, hombres y mujeres con enormes cualidades mentales, permanecieron en calma encerrados en palacio.

Una vez tras la catástrofe, cuando no quedó nadie en pie en las desoladas calles de Marte, los Grandes Reyes decidieron ver por sus propios ojos el dolor de su pueblo. Los reyes y su séquito quedaron conmocionados. El Gran Rey y su consorte no pudieron sobrellevar la condena de ser los últimos de su raza y durante varios siglos sollozaron la muerte de su pueblo. Los reyes habían entrado en caos por las terribles visiones sobre la Tierra y el recuerdo de sus súbditos ensangrentados bañando las calles de su reino. Ellos eran muy sensibles a las tragedias de aquellos que llevaban sangre hermana.

Los reyes se encerraron en su habitación convencidos que debían suicidarse para resucitar, mucho más jóvenes y con mayores poderes. Tal era su convencimiento que no dudaron en tomar un veneno creado por demonios para acabar con su raza. Estos fueron hallados por los sabios al despuntar el alba. Ninguno de ellos fue capaz de prever el fatal de su monarquía, aquello por lo cual habían jurado dar su vida. Guardaron silencio recogiendo los cuerpos de sus queridos reyes, tan sólo los salvos por sus almas lograron hacer resonar sus voces.

La división fue tangible tras la incineración de los cuerpos, provocando entre ellos disputas durante las noches siguientes. Los últimos sabios decidieron dividirse alejándose unos de otros para meditar, pero acabó siendo una división de décadas e incluso siglos. Algunos permanecen aún en el planeta intentando ocultar su verdadera belleza, sin embargo la gran mayoría decidió buscar otros mundos o viajar nuevamente a la Tierra en un impulso suicida por salvarlos.

Los últimos oráculos son 10, las grandes mentes que pueden visionar el futuro y trasladarse al pasado. Grandes sabios que acumulan en silencio el dolor que acarrea la muerte de una cultura. ¿Podrás descubrir quiénes son estos poderosos seres? ¿Encontrarás en sus ojos la respuesta a todas tus preguntas?


Esta raza superior se originó en un planeta que se creyó durante cientos de años deshabitado e inhóspito. En realidad posee grandes vergeles de tierra fértil lleno de ríos de agua dulce, así como un pequeño mar entre ellos de aguas cristalinas. Las frondosas selvas y manglares guardan tesoros ocultos al hombre, como a todo aquel visitante que desee contemplar la magnificencia de este mundo.

La vida surgió como una vez lo hizo en la Tierra, si bien se desarrollaron de forma diferente al poseer ecosistemas y bacterias distintas aunque similares. Los animales que existen en este paraíso oculto son aves cantoras de vivos colores, grandes felinos de ojos temibles y corazón noble, caballos salvajes que galopan en las praderas libres de los altos árboles del manglar y camellos similares a los nuestros que vagan entre las arenas de los desiertos que rodean las zonas más frondosas. Es un mundo de contraste, pero los rasgos de sus habitantes son similares.

Oriente fue el destino de estos grandes pensadores, filósofos y artistas, que caminaron como grandes Dioses. Fue allí precisamente por sus rasgos similares que no les hacía destacar como entes de otros universos, sino autóctonos. Poseen la piel algo tostada alguno de ellos y unos enormes ojos profundos quienes se asemejan a los Turcos o Hindues; si bien la piel puede ser algo más clara y suave con ojos más rasgados, aunque sin dejar de ser vivaces, para los de apariencia asiática similar a los japoneses, chinos o coreanos. Egipto, la cuna de los faraones, o mesopotamia también los Aztecas o Mayas y los nobles guerreros Navajos, Siux o Cherokee fueron descendientes de este linaje, o mezclados con ellos con los hijos de aquella tierra que aún era virgen y llena de vida.

Poseen ojos rasgados y cabellos negros, normalmente lacios y de tacto sedoso. Sus sonrisas suelen ser frías aunque amables. Son seres de aparente calma pese a su ebullición interna. Jamás parecen perder los nervios, ni estar celosos o molestos, pues la máscara de su rostro muestra un sosiego imperecedero.


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Gran poder mental. Su apabullante poder mental no sólo les ayuda a las visiones de futuro, las premoniciones que llegan a ellos como oleadas que pueden terminar siendo grandes inundaciones en su sistema neuronal, también les otorga:

Telequinesis es el proceso de desplazar objetos con la mente.

Creación de ilusiones. Las ilusiones son tan fiables como si fueran reales, con ellas no sólo han atemorizado a sus enemigos sino también protegido su planeta y logrado engañar durante miles de años a todo aquel que ha admirado su mundo.

Inducción al sueño y manipulación de los recuerdos durante la manipulación de la mente del enemigo, así como de aquellos que desean ayudar. Pueden crear fantasías que logren mitigar el dolor o provocar terribles pesadillas a su contrincante.

Pueden crear esferas de energía canalizando sus ondas cerebrales, estas son tan poderosas como si fueran bombas que impactan contra su oponente o cualquier superficie rocosa que quieran destruir. Estas esferas tras ser usadas los dejan agotados.

Tienen puertas de tecnología avanzada que únicamente pueden ser abiertas con sus ondas cerebrales, las cuales tienen ubicaciones en varios puntos estratégicos del Planeta Tierra así como en otros mundos. Estas fueron trasladadas en inmensas naves espaciales al principio de los tiempos, actualmente aún tienen uso por parte de estos seres.

Poseen un elevado conocimiento en todas las ciencias, inclusive en las ocultas. Los 10 oráculos tienen un libro de conjuros y hechizos que ningún hechicero puede usar, debido al poder mental que se requiere y a la templanza con la cual debe usarse. Si bien, muchos hechiceros actuales poseen libros parecidos acomodados a su nivel.

Gran resistencia térmica a temperaturas extremas. Pueden mantenerse con vida en temperaturas muy elevadas así como extremadamente bajas.


[justify]Llegados a cierta edad comienzan a ser inestables mentalmente. Pierden ciertas capacidades si han estado obligándose a conectar con su lado espiritual, este agotamiento les sumergen en cierta inestabilidad emocional y metal. Sus cuerpos comienzan a padecer entonces enfermedades pues sus defensas bajan y terminan por apagarse.

Empatía excesiva que puede acarrear demencia por culpa de la impotencia ante las visiones de caos.

Apatía ante las desgracias. Esto sólo ocurre a oráculos que han sido expuestos durante cientos de años a visiones catastróficas, obligándose a digerirlas sin consuelo de los suyos en completa soledad. Terminan por perder sus poderes más importantes y estos les hace meditar el acabar con su vida.

Armas demoníacas destinadas a su exterminio que consisten en cascos emisores de ondas a baja frecuencia, estas ondas conectan con su mente y se produce pequeñas hemorragias internas en su cerebro. No los mata, los aturde y puede dejarlos en coma. El arma debe usarse a unos cien metros del oráculo para que sea efectiva.