Anne Fleury

HISTORIA

Algunos dicen que la luz fue el comienzo de todo, otros que fue la oscuridad. Yo dudo que la luz, por más vida que pueda crear al colisionar su reflejo con cada astro en su camino, nos haya creado. Mira el mundo alrededor: el agua moribunda nutre almas perdidas, la tierra casi inerte apenas puede dejar existir un simple arbusto incluso el aire intoxica cada uno de tus sentidos hasta que cualquier cosa la crees posible.... y todo gracias a los hijos de la Oscuridad.
No lo niegues, ni lo intentes siquiera. Tengo hambre y eso me pone de mal humor.

Viví toda mi infancia entre las casas de cartón, barro y chapas. Mi padre trabajaba en una empresa inmensa que mi madre vivía maldiciendo.Detestaba las super organizaciones que brindaban empleo por unas monedas, le decía que había vendido su alma. Pero seguíamos comiendo gracias a él. Mi madre era una curandera,un servicio más barato que un médico en el hospital. Nadie más tenía ése toque en todo el barrio, muchas mujeres decían curar el empacho con extraños unguentos que sólo te causaban picazón y terminabas en el hospital. Ahora que lo pienso, era más feliz entonces. Comiendo pan cuando mi padre conseguía alguna rebaja en la panadería, tomando sopas que eran más agua que otra cosa y escuchando las historias de mi madre antes de dormir. Éramos sencillos, no simplemente humildes. Ellos tal vez deseaban darme algo más pero mientras mis padres vivieron juntos... recuerdo ser feliz.

Al cumplir mis doce años, mi madre tomó algunas cosas y nos fuimos al mediodía. Ése era el horario en el que todos trabajaban. Las mujeres que cuidaban niños y las que cosían pantalones, hasta las que cocinaban estaban todas ocupadas. Los suburbios parecían presa de algún pánico inexplicable cuando en realidad era la necesidad la que los incentivaba. Por eso me llamó tanto la atención que salieramos a aquella hora. Incluso recuerdo que me puso el vestido rosa, que guardabamos para ocasiones especiales.

Me presentaron a un hombre anciano cuyo nombre no recuerdo. Nos guiaron hasta un viejo déposito de chatarra y autos abandonados, listos para su desarme. Dentro de uno de ellos había una puerta escondida, el cual tomaba media hora andar sí sabías el camino. Con un anciano con bastón, una niña y una mujer algo histérica y nerviosa...puede ser una eternidad. Soy cruel con mi madre, sí fuera a revelarle a mi hija que todas esas historias que creía mágicas son verdad... que realmente ella puede cambiar el mundo y tuviera que presentarle a mis antepasados para que sepa de donde viene... que tiene poderes. Yo estaría más ansiosa o nerviosa de lo que ella aparentaba.

Mi madre me contó que no pude ni hablar cuando entré, que parecía sobria con lo muda que estaba sí no mirabas como mis orbes parecían aumentar al ver una casa gigante con libros tras cada puerta. Un jardín encerrado que tenía flores e incluso pan... Tal vez parezca una locura pero es cierto que cada vez que muerdo un trozo de pan suave es como estar en el Cielo. Demasiado caro y demasiado rico para ser verdad... justo como decían que era el Paraíso.

Estuve allí encerrada hasta la muerte de mi madre. Tampoco es que extrañase mucho, tenía la poco probable chance de aprender y leer de todo. Y sí, de todo. Idiomas que no conocía que existieran, matemática, química, y literatura... Había historias de mundos imposibles... de monstruos y desgracias humanas como de logros que no creía que pudieran suceder. Creo que eso es lo que más me gustaba de aquél bunker, todo parecía posible. También podría ser que me conformaba con poco, no entendí porque mi padre no podía encontrarnos hasta que lo ví yo misma. No sé sí vio lo mismo que yo, sus ojos a mí me asustaron. Había algo oscuro y enfermizo, que te ponía los pelos de punta como sí de un animal se tratase.

No tuve información o pude volver a tener contacto con mi progenitor hasta que cumplí veintidos años. Para aquél entonces ya había sido bautizada en un jardín, en una noche borrosa, bajo el fuego y las oraciones elevadas. No puede explicarse mi emoción cuando, en aquél lugar alejado de la humanidad, un pequeño felino pasó por mis pies desnudos. Me susurró su nombre verdadero o al menos eso se suponía... Y lo repetí antes que la tierra suspirara detrás mío, mostrando unas hermosas flores. Había sido bendecida por el fuego, el mismo que purifica el alma, daba calor en el hogar e incendiaba el mundo cuando se olvidaban de él. No fueron esas sus palabras...Pero quedan mejor tras una pequeña licencia poética.

Poco después a nuestra salida para mi transformación, una bomba explotó en la puerta de nuestra casa. Mi madre me encerró en un baúl con mi guía, aquél pequeño gato negro llamado Etnad. No sé sí nos durmió o qué sucedió luego pero despertamos cerca de un desague, metidos en aquella agua llena de residuos. Me enteré que un antiguo basurero se incendió... por la direccion, confirmé que era aquél lugar. Había doce personas muertas sin identificar, yo no necesitaba esa información.

Mis pasos me llevaron a las zonas más olvidadas de la ciudad, no fue hasta que me encontré con una antigua que vecina que supe que andaba caminando por los barrios donde solía vivir. La mujer me dio algo de sopa y limpio mis ropas. Me contó que había otra curandera, pero no era tan buena, auqnue supongo lo dijo más cortesía que por otras razones. Me ofrecio trabajo pero me negue, no podía aceptarle aún.. Me sentía como tres segundos por detrás del mundo y tomar decisiones no era muy sabio. Pregunté por padre y aún me arrepiento de hallar la respuesta. Me guió hasta donde podría encontrarle y seguí mi camino sola, agradecida por su bondad conmigo.

Tal vez no debí despedirme tan rápido. Pues lo encontré,sí...Se había vuelto un hechicero oscuro, presa de la locura...para él yo estaba muerta. Y tampoco intenté cambiar sus ideas, me aterraba la sola idea de ver como reaccionaría. Fue entonces cuando entendí que no tenía hogar ya.

Busqué trabajo con la mujer que me había dado alojo, y me consiguó una banca como ayudante de cocinera en un comedor cerca de la ciudad y así ahorré para poder viajar lejos, lo más lejos que pudiera irme y lo más rápido que pudiera. No quería volver a pisar aquél planeta..

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