Satoru, the wolf

HISTORIA

Siempre es desagradable saber que has nacido marcado y juzgado por aquellos que te vigilan, buscan e incluso capturan sin pensar ni un segundo en tus verdaderos sentimientos. Nací marcado, igual que toda mi manada, por la esencia de la libertad, la naturaleza, una fuerza y una velocidad fuera de lo común. Soy un lobo, aunque más bien me considero parte de la naturaleza poseo esencia humana y forma de hombre. Mi nombre es Satoru y esta es la historia de mi pueblo.

Nací en una reserva forestal en Japón. Son escasas las zonas no contaminadas, o prácticamente destruidas gracias al Imperio Tecnológico y al auge del consumismo, pero existen aún hoy. Mi padre se propuso como guarda forestal y llevó allí a la familia, la cual constaba de treinta miembros. Todos pertenecíamos a un clan que se fue formando por lobos de distintas manadas. Mi padre los lideró y les dio a cada uno un empleo. Algunos tenían que analizar las aguas, otros limpiar los senderos y varios simplemente vigilar de aquellos lobos más jóvenes, iniciándolos y ayudándolos a guardar la mentira. Éramos únicamente un lugar turístico basado en viejas costumbres con un paraje único. Cientos de personas se acercaban hasta donde nos encontrábamos para poder comprobar la belleza del lugar que con celo conservábamos, así como nuestra hospitalidad y la gran gastronomía más clásica.

Mi padre murió aquejado de una gran enfermedad, la cual le sobrevino tras varios días alejado de la manada. Regresó envenenado, herido y desorientado. Mi madre murió poco después del entierro, no pudo sobrellevar la muerte y el lazo que había formado con él la arrastró hacia la misma tumba que días atrás habíamos abierto para él.

Mi hermano gemelo se quedó a cargo de la manada junto a mi primo, ambos son de carácter distinto. Mi hermano es sosegado, medita contínuamente y observa demasiado. Mi primo es activo, altivo y un buen cazador. Ambos llevan partes distintas del clan y cuidan a mi hermana pequeña, la cual cuenta con tan sólo 120 años, aún es una loba joven y despistada aunque llena de esperanza.

Yo decidí marcharme. Necesitaba ver otros mundos, saber qué había de cierto sobre las estrellas. Quería ver otro mundo lejos de lo tradicional. Vivíamos en un microclima propio a seguir soñando con la bondad, pero la bondad no existe y los enemigos abundan. La mentira y la hipocresía la he conocido bien en mi piel. Sigo siendo libre, viajo dependiendo del viento e intento no aceptarme a zonas afectadas por desastres nucleares, epidemias o devastadas por el fuego.

FAMILIARES

Madre: Sakura – Muerta.
Padre: Satoru – Muerto. Era guarda forestal, poseía un pequeño local de comidas y también era el jefe de la manada. Murió rodeado de misterio tras varios días desaparecido.
Hermano : Kiba – En el poblado. Es un ser afable, lleva ahora el hostal familiar y también elabora elementos de alfarería. Tiene una forma de ser distinta a su hermano, aunque se complementa.
Hermana pequeña: Yura – En el poblado. Alegre, despreocupada y llena de imaginación. Aún es una niña en apariencia y se comporta como tal.
Primo: Kazou– En el poblado, protegiendo a la manada que es de Satoru por derecho.

FOBIAS

Los lugares cerrados, detesta sentirse como animal acorralado.

HABILIDADES

Desarrollo de los sentidos. Un hombre lobo posee el desarrollo pleno de los sentidos, sobre todo la vista y el olfato. Este desarrollo es aún mayor cuando están en su fase animal. 

Velocidad. Su velocidad no es superior ni comparable con la de otras razas, pero sí es muy superior a la de un ser humano. Ellos pueden llegar a recorrer grandes distancias en pocos minutos. Por supuesto también tienen grandes reflejos y como causa-efecto mayor reacción contra los golpes de sus atacantes. Su velocidad es igual a la velocidad de los vampiros. 

Fuerza y resistencia. Su cuerpo es resiste y mucho más fuerte al de un humano común. Los lobos pueden levantar varias toneladas sobre sus cabezas sin esfuerzo alguno, sobre todo en su tercera fase llamada crinos. 

Dominio mental. Pueden controlar el pensamiento de cánidos según lo deseen, como también de los lobos más jóvenes a ellos. 

Dominio del apetito. El dominio del apetito sólo se alcanza cuando se poseen entorno a los 100 años. Este dominio les ayuda en los terrenos más áridos donde no crece nada, así como en las largas travesías aeroespaciales. 

Transformación a voluntad. Pueden transformarse a voluntad de lobo a ser humano, así como de ser humano a lobo. Sin embargo, cuando se sienten muy alterados pueden llegar a convertirse en monstruos de más de tres metros llenos de ira y sin juicio alguno. Esta transformación en tan temible bestia se la llama fase crinos.

Resistencia a la magia. No son del todo inmune a los hechizos, aunque sí a gran parte de ellos y algunos son excesivamente complejos para realizarlos sin perder parte de la energía en el ataque. 

Vínculo familiar. Poseen un vínculo indisoluble con aquellos que son sus familiares, pueden sentirlos cuando están cerca y también comprender sus sentimientos con tan sólo contemplarlos desde cierta distancia. 

DON ESPECIAL

Red herring: Poder que permite despistar al enemigo viendo a su atacante multiplicado incluso por cincuenta seres idénticos, los cuales se mueven al unísono. Es como si estuviera encerrado en una habitación llena de espejos, el único que ataca en realidad es el ser que posee este don.