Los Cyborg

“Diseñados para durar, diseñados para su confort” aún puede leerse en las vallas publicitarias de todo la Tierra el eslogan que hizo famosa una de las primeras empresas de robótica terrícola. Los cyborg fueron diseñados para las tareas más pesadas en las cuales el hombre arriesgaba su vida, desde la minería hasta la limpieza de alcantarillado en zonas casi inaccesibles. Sin embargo, la medicina ya había incorporado sistemas tecnológicos muy avanzados y que posteriormente terminaron siendo obsoletos frente a los cyborg; los cuales comenzaron a tener un pulso más preciso que los propios cirujanos.

Actualmente los humanos dependen de estos avances para las acciones más cotidianas como el repostaje de carburante, la compra o simplemente pagar el peaje para la entrada garajes subterráneos cercanos a sus viviendas. Se han convertido en policías eficientes, grandes chef y educados canguros que enseñan a los más pequeños valores como la amistad, la confianza o el respeto.



¿Recuerdan el cuento de Pinocho? Aquel muñeco de madera que cobraba vida y deseaba ser un niño de verdad. Los cyborg son ese muñeco de madera, una marioneta que danza sin cesar realizando tareas que los hombres ya no desean llevar a cabo. Estas tareas ya sean por tediosas o peligrosas son las que estos robot toman como su medio de vida.

Tienen una apariencia humana bastante atractiva, por no decir perfecta. Poseen una belleza indestructible, aunque algunos son ancianos en apariencia y otros niños. No tienen una edad fijada, tan sólo los caprichos del comprador o el prototipo que desee lanzar el fabricante. Se han llegado a crear cyborg de apariencia infantil para las parejas que no han tenido hijos, pero también para aquellos que han perdido un familiar.

Algunas de estas máquinas poseen el cerebro de un difunto, son mucho más difíciles de programar pero imitan de forma más perfecta los sentimientos humanos. Imitar no es sentir, sentir es algo más.

Actualmente en laboratorios privados, y ocultos a cualquier comentario moralista, se está intentando desarrollar esta faceta, el sentimiento, en aquellos que poseen cerebro humano, así como aquellos que son meros cables. Aunque, en realidad es algo hecho por el mero cariño a la ciencia, no porque sea bueno para la economía que estos seres comiencen a sentir algo más allá que el descenso de energía porque se agota la batería incorporada en sus cuerpos. Nadie desea que la máquina que destruirá probablemente cuando necesite nuevas piezas, quizás mucho más caras que el último modelo del mercado, le ame o tenga sentimientos similares a los que uno tiene hacia la familia o amigos.

La piel de estos cyborg es de tacto agradable, muy sedoso, y algunos incluso pueden emitir un leve calor y el golpeteo de un corazón. Si bien, estos últimos son los modelos más avanzados y algunos los detestan porque les parece una abominación.


Rapidez, resistencia y fuerza. Los cyborg son máquinas tan rápidas como un coche deportivo actual, pueden alcanzar los 200km/h con facilidad en algunos modelos de alta gama y en otros tan sólo llegan a los 120km/h. Su resistencia sin embargo es algo común en todos los modelos, son resistentes al agua, las altas y bajas temperaturas así como soportar una tonelada sobre su estructura. Actualmente no hay modelos demasiado frágiles, aunque algunos que ya quedaron obsoletos no son capaces de soportar demasiado peso sobre sus espaldas y terminan siendo dañados con facilidad. La tecnología ha avanzado para ayudar a estos seres intemporales que recorren las calles sin ser reconocidos a simple vista como robots. Respecto a su fuerza los modelos más sofisticados, aquellos diseñados para las labores del hogar y trabajos turísticos, no poseen demasiada fuerza física aunque sí aquellos diseñados especialmente para las duras tareas de labranza o minería.

Los cyborg son inmortales, no mueren con el tiempo, aunque sí pueden aparecer ciertos defectos de fábrica y terminar obsoletos siendo reemplazados por un modelo mucho mejor.

Precisión. Algunos modelos poseen gran precisión en sus respectivas labores. Hay modelos que tienen una excelente visión para poder desempeñar cirugía y otros si bien usan un software repleto de información precisa para realizar funciones pedagógicas o algoritmos matemáticos.


En su mayoría no poseen sentimientos. Algunos modelos han sido diseñados para reemplazar personas amadas desaparecidas, tienen un gran banco de información sobre los hechos acontecidos pero no son sentimientos reales. La nostalgia, felicidad o simplemente esbozar una sonrisa está programado por un software inteligente. Son datos, no son sentimientos reales.

Los escasos modelos que han logrado la proeza de pensar y sentir por sí mismos han acabado sobrecargándose al percatarse que son pura chatarra informática, la cual un día desactualizados dejarán de ser útiles. Se sienten seres monstruosos y terminan volviéndose locos, golpeándose a sí mismos y destruyéndolo todo. Una vez parado esa espiral de caos quedan quietos, como estatuas, y terminan cayendo al suelo de bruces. Estos han muerto por completo sobrecargados por tanto estímulo.

Se está intentando averiguar esa pequeña falla, para así poder lanzar al mercado estos nuevos chips en complementos que irán instalándose en todos y cada uno de los robot.

Desactualización. Algunos cyborg terminan siendo reemplazados por otros modelos superiores, estos usualmente son desechados en centros de reciclajes y vendidos por piezas.

Las armas blancas no son capaces de perforar su piel metálica, pero sí las pistolas o cualquier otro tipo de armamento.